Artículo
DOI
El
porcentaje de inversión de José Montesinos en su hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos en Jaumave, Tamaulipas (1884-1910)
The Investment
Percentage of José
Montesinos in his Hacienda of
San Pedro de los Saldañas y Anexos in Jaumave,
Tamaulipas (1884-1910)
Jaime Rodríguez Sánchez*, 0000-0002-9282-45031
Yessenia Flores Méndez*, 0000-0001-8878-94372
1Maestro en Historia por El
Colegio de San Luis A.C. Dependencia: Archivo Histórico del Poder Judicial del Estado
de Tamaulipas. Correo: jars_01@hotmail.com
2Doctora en Ciencias
Sociales por El Colegio de San Luis A.C. Dependencia: El Colegio de Tamaulipas.
Correo: yessenia.flores@tamaulipas.gob.mx
Resumen
La
hacienda de San Pedro de los Saldañas mostró una
tendencia de crecimiento tanto de su valor fiscal como de su perímetro en el
Porfiriato. Dicha propiedad se localizaba en el valle de Jaumave en el suroeste
de Tamaulipas. El gran movimiento de la tenencia de la tierra determinó el auge
económico de la hacienda, por lo que experimentó su mejor momento económico en
aquella época. Para el desarrollo de la presente investigación se consultaron los
avalúos de la propiedad contenidos en los libros de manifiestos rústicos del
Archivo General e Histórico del Estado de Tamaulipas, así como del Archivo
Histórico de Jaumave, Tamaulipas.
Palabras
clave: ixtle, hacienda, familia, perímetro, fisco.
Abstract
During
the Porfiriato, the San Pedro de los
Saldañas hacienda in Jaumave
Valley, southwestern Tamaulipas, exhibited a significant increase in both its
fiscal value and its overall size. This economic boom can be attributed to the
extensive land acquisitions that characterized the era. To understand this
growth, appraisals of the property were consulted from the rustic manifesto
books housed in the General and Historical Archive of the State of Tamaulipas
and the Historical Archive of Jaumave, Tamaulipas.
Keywords:
ixtle, hacienda, family, perimeter, tax.
Recibido: 18 de junio de 2023
Revisado: 25 de marzo de 2024
1.
Introducción
El
objetivo es sopesar la importancia del porcentaje de inversión en el que se
basaba el cálculo económico de la hacienda de San Pedro de los Saldañas y sus anexos, por medio del análisis de la
información numérica que arrojan los avalúos de los bienes de la propiedad. En
tanto, poco se ha escrito sobre la hacienda y su propietario.
Por su parte, Octavio Herrera Pérez, en
su trabajo El ixtle en el Cuarto Distrito
de Tamaulipas (1850-1913) (1994, p. 49), presentó un acercamiento a la
élite ixtlera, lo cual permite conocer algunos aspectos del perfil social de
los hacendados mayoritarios de la región del antiguo Cuarto Distrito de
Tamaulipas, sobre todo de José Montesinos y su hacienda.
En
Auge, colapso y reconfiguración de la región ixtlera de Tamaulipas, 1880-1936,
Herrera Pérez aborda la historia de la región del Cuarto Distrito que va desde
el auge económico que la incorporó a la modernización capitalista durante el
Porfiriato, hasta la década de 1930, cuando el Estado nacional recuperó su
pleno poder sobre ella, luego de su desarticulación por la vorágine
revolucionaria y de su apoderamiento por parte de un poder caciquil militar (Herrera
Pérez, 2009, pp. 127, 147). Se trató del general de brigada Francisco S.
Carrera Torres, cuya influencia abarcó la totalidad del Cuarto Distrito y el
sur del estado de Nuevo León, a través de las colonias agrícolas militares que
estuvieron a su cargo y de sus oficiales de confianza. Entre el rosario de
colonias militares se encontraban dos que se establecieron en Jaumave. Una de
ellas sobre la antigua hacienda de Santiaguillo y la otra sobre la finca en
cuestión.
De la
situación de la hacienda de los Saldañas y Anexos,
mencionado autor también señala que la Colonia Agrícola Militar allí
establecida abarcó 8, 633 hectáreas dentro del perímetro de la propiedad. Esas
hectáreas de tierra de la finca se ubicaban según Herrera Pérez, en el norte
del antiguo Cuarto Distrito, punto estratégico para controlar la región. En su
señalamiento dicho historiador añade que el resto del perímetro de la hacienda
era de Bernardo Zorrilla, que seguramente adquirió de Montesinos, al ver éste
peligrar su vida en la región durante la Revolución Mexicana (Herrera Pérez, 2009,
pp. 127, 147).
Por
otra parte, Herrera Pérez, en Las haciendas de Tamaulipas. El origen de
la propiedad rural en una entidad del noreste de México, estudió las fincas ixtleras del
Cuarto Distrito. En el capítulo “Auge de las fibras de duras” de ese libro, se
explica el contexto de la región montañosa del altiplano tamaulipeco en el cual
operó un cambio económico debido al auge ixtlero. En esta coyuntura florecieron
las grandes haciendas que por el contexto se colocaron en el primer lugar de la
producción de lechuguilla, cactácea que crecía en abundancia y de manera
silvestre en el semi desierto del suroeste de Tamaulipas (2011). San Pedro de
los Saldañas se vio involucrado en este movimiento,
de manera que incrementó su producción ante las exigencias del mercado
internacional que demandaba grandes cantidades de ixtle para elaborar envases y
cuerdas para el transporte de mercancías.
Por
último, el autor en cuestión en El gran
valle intramontano, Jaumave, trata de la élite ixtlera, de la que formaban parte:
Francisco L. Saldaña, Miguel Martínez, José F. Montesinos, Rudecindo Montemayor
y sus hijos y parientes, Bernardo Zorrilla y sus sobrinos y Canuto Ramírez,
principalmente (Herrera Pérez, 2015, pp. 253-254). Como apreciamos en dicha
monografía, el general Lucas de Saldaña y su nieto Montesinos Saldaña
conformaban ese tejido social. Sus propiedades son descritas en parte por Mario
Alberto Toscano Hernández, quien escribió Las
haciendas ixtleras en el Cuarto Distrito de Tamaulipas 1877-1910 (2003).
Cabe decir que Sonia Hernández desarrolló una investigación Mujeres, trabajo y región fronteriza, en
la cual explica que en la finca de los Saldañas y
Anexos contrataba a muchísimas mujeres (2016, pp. 47, 61).
A
diferencia de estos autores mencionados en párrafos anteriores, nuestro trabajo
representa una aportación nueva en la historiografía de Tamaulipas. En este
sentido, la importancia de este manuscrito radica en tres puntos importantes
porque abre un campo a la historia económica, de élites y de las haciendas en
Tamaulipas, relacionada con la producción de agaves, piloncillo y granos, así
como de la actividad ganadera. En segundo lugar, porque explica las
transformaciones en la actividad económica productiva y de la propiedad de la
hacienda con respecto a los cambios estructurales (el Porfiriato y la
Revolución Mexicana de 1910); y en tercer lugar,
porque analiza el marco institucional relacionado con los cambios en la
tenencia de la tierra y uso del agua en Tamaulipas.
Además,
el análisis de San Pedro de los Saldañas y Anexos no
sólo permitirá cubrir vacíos existentes en la historiografía local, sino
también contribuye a comprender aspectos políticos-sociales de los procesos y
transformaciones estructurales entorno a la distribución y propiedad de la
tierra, que sin duda ha sido una vertiente central de la historiografía
mexicana que ha tenido gran aceptación entre los historiadores de varias
circunscripciones del país.
Como
hipótesis se ofrece que la hacienda incrementó tanto su perímetro como valor
fiscal porque el dueño aprovechó las circunstancias y detectó oportunidades de
negocios que repercutieron favorablemente en aquella organización productiva.
Con relación al propietario, nos
interesa conocer: ¿Quién era José Francisco Montesinos Saldaña? Así mismo, como
pregunta rectora de la investigación se encuentra la siguiente: ¿Por qué la
hacienda tendió a incrementar su porcentaje de inversión? Cabe mencionar que la metodología que se utilizó para desarrollar es documental.
Los
archivos consultados para este trabajo fueron los siguientes: 1) Archivo
General e Histórico del Estado de Tamaulipas; 2) Archivo General de Notarias
del Estado de Tamaulipas; y 3) Archivo Histórico de Jaumave, Tamaulipas,
acervos donde se localizó manifestación predial de la hacienda de 1884 y 1899.
Estos documentos de importancia permitieron conocer el valor de la finca en
esos años. Por otra parte, en el Archivo de Notarías del Estado, se encontraron
escrituras en relación con los ranchos contiguos a la hacienda. En el
transcurso de la investigación consultamos otras fuentes de primera mano, a
saber: el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Autónoma de
Tamaulipas; La Hemeroteca Digital Nacional de México; la Colección Digital de
la Universidad Autónoma de Nuevo León; el Archivo Histórico del Congreso del
Estado de Tamaulipas; y el Archivo Histórico de Tula, Tamaulipas.
Para
abordar el presente trabajo debemos saber qué era una hacienda y quién, un
hacendado. De tal manera que una propiedad de 1, 000 a 2, 000 hectáreas se
llamaba rancho, dejando la designación de hacienda para extensiones mucho
mayores. El casco de la hacienda, el centro de propiedad rústica estaba rodeado
por altos y sólidos muros protectores. Esto es en cuanto a las viejas fincas
coloniales o construidas en el siglo XIX durante el período de revoluciones y
anarquía (Castillo, 1976, pp. 179-180).
De
acuerdo con Isidro Castillo, las nuevas haciendas, organizadas al amparo de la
paz porfiriana, ya no necesitaron de altos muros que daban a las antiguas
haciendas la apariencia de fortalezas medievales; pero las haciendas de
principios del siglo XX tenían por regla general los mismos edificios e igual o
muy semejante organización. El casco de la finca se componía de la gran casona
del propietario, la casa del administrador, la casa o casas de los empleados,
las oficinas o el escritorio como generalmente se llamaba, la tienda de raya,
la iglesia y la cárcel (Castillo, 1976, pp. 179-180).
En la
casona del propietario se podía disfrutar de las comodidades de la vida
moderna; luz eléctrica, baños de agua tibia, salón de billar, salas espaciosas,
el enorme comedor y numerosas recámaras; todo amueblado con lujo, a veces con
demasiado lujo. En algunas fincas no faltaba frente al edificio principal el
jardín cultivado con esmero por manos expertas, con sus árboles frondosos y
variadas plantas ornamentales. La
casa del administrador no carecía de todo lo necesario para una familia de la
clase media acomodada. Las demás casas del personal de confianza estaban en
relación con la categoría administrativa y social de los ocupantes. Para que
una persona se considerara a sí misma acreedora al título de hacendado, debía
poseer una finca de cientos de kilómetros; si no, era apenas un ranchero más o
menos pobre o más o menos acomodado (Castillo,1976, pp. 179-180).
2.
La hacienda de San Pedro de los Saldañas y
Anexos del teniente de ingenieros José Francisco Montesinos Saldaña
El mayor de
ingenieros José Francisco Montesinos Saldaña se convirtió en dueño de la
hacienda, en 1898, a raíz de la muerte de su abuelo materno Francisco Lucas de
Saldaña. Nuestro protagonista nació en la ciudad de Oaxaca en 1871 y murió en
la Ciudad de México el 17 de noviembre de 1946 a la edad de 75 años (Sanchiz, 2007). Cabe señalar que José Montesinos era el
hijo mayor del matrimonio integrado por el general Manuel José Casimiro
Castillo y Natalia Saldaña y Saldaña.
De joven estudió
en el Colegio Militar, de donde egresó con el título militar de teniente de
ingenieros. Con dicha credencial, José Montesinos formó parte del estado mayor
presidencial del general Porfirio Díaz (Relación del personal de los Estados
Mayores, 1899). Por su actividad de guardia presidencial, don José realizaba
constantes viajes a Tamaulipas. El periódico La Voz de México registró uno de sus viajes a la entidad el 3 de
diciembre de 1907. Sobre nuestro protagonista se sabe que "partió ayer de
esta capital, ayudante del estado mayor del señor presidente de la república”
(1907, p. 2).
Cuando tenía 24
años, en 1895, el teniente José Montesinos se casó con Rosa del Carmen Jiménez
Saldaña (1877-1965). Este matrimonio celebró el nacimiento de cinco hijos: José
Casimiro, 1896-1919; Laura, 1897-1899; Mario Tarquiño,
1899-1901; Carlos, 1900-1907; y Roberto, 1901, cuyos descendientes mantienen
vivo el prestigio familiar y en el siglo XXI siguen perteneciendo a las buenas
familias de México. Por último, Montesinos Saldaña inició su trayectoria
empresarial como administrador de la hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos.
Cuadro 1. Porciones de tierra que dieron forma al fundo
original de la hacienda de San Pedro de Los Saldaña y Anexos
Porción |
Propietario |
Longitud |
Equivalencia
en hectáreas |
18 |
José Ortiz |
12 caballerías |
537. 6 |
27 |
Vicenta Tiveira |
Un sitio de
ganado menor |
780 |
29 |
Alejandro
Zamora |
Un sitio de
ganado menor |
780 |
30 |
Gregorio Ochoa |
Un sitio de
ganado menor |
780 |
31 |
Francisco Cruz |
Un sitio de
ganado menor |
780 |
32 |
Dionisio de la
Cruz |
6 caballerías |
268. 8 |
37 |
Francisco
Alonso |
12 caballerías
|
537. 6 |
38 |
Eugenio Cruz |
12 caballerías |
537. 6 |
39 |
Andrés
Bermúdez |
12 caballerías |
537. 6 |
40 |
Felipa Bárcena |
12 caballerías |
537. 6 |
41 |
Pascual
Sánchez |
12 caballerías |
537. 6 |
42 |
Juan Zamora |
12 caballerías |
537. 6 |
43 |
Pedro Alcántara |
12 caballerías |
537. 6 |
45 |
Joaquín Miguel |
12 caballerías |
537. 6 |
49 |
Javier Alonso |
12 caballerías |
537. 6 |
50 |
Lorenzo
Castillo |
12 caballerías |
537. 6 |
51 |
Francisco
Camacho |
12 caballerías |
537. 6 |
52 |
Pedro
Hernández |
12 caballerías |
537. 6 |
68 |
José de Olvera |
12 caballerías |
537. 6 |
69 |
Salvador
Sánchez |
12 caballerías |
537. 6 |
70 |
Lorenzo Gómez |
12 caballerías |
537. 6 |
Total |
12, 214. 4 |
Fuente:
Francisco Ortiz (1891, p. 34).
1. Una
caballería equivale a 44. 8 hectáreas.
2. Un sitio de
ganado menor equivale a 780 hectáreas.
La hacienda de
San Pedro de los Saldañas y Anexos se ubicada en el
Valle de Jaumave, Tamaulipas, entre dos paisajes, el fecundo sur de dicho valle
y la zona ixtlera del suroeste del estado. El origen de la propiedad data de 1744,
cuando el coronel José de Escandón otorgó mercedes o porciones de tierra a los
primeros pobladores de Jaumave. Las porciones originarias eran lotes de tierra
entregados a cada nuevo habitante, las que fueron delimitados mediante
mojoneras artificiales o accidentes naturales (Díaz Rodríguez, 2006, p. 28). El
total del reparto de tierras equivalió a 77 porciones, 21 sitios de ganado
menor y 681 caballerías (Prieto, 1895, p. 34). De las setenta y siete porciones
repartidas entre los primeros pobladores, 21 lotes dieron forma al perímetro de
San Pedro de los Saldañas y Anexos. En el Cuadro 1 se
observan los propietarios de esas porciones que configuraron el fundo original
de dicha hacienda, mediante las transacciones económicas como la herencia, el
traspaso y la compraventa.
Los Anexos de
San Pedro de los Saldañas eran los ranchos contiguos
a la propiedad. Entre ellos se encontraban San Juanito, El Limón, Las Moritas o
Moras, El Aguacate, El Rincón del Capitán, El Terrero, Las Joyas, El Duraznillo
y La Puente. El Duraznillo lindaba al norte y poniente, con terrenos de Marcos
Báez; al sur, con los de San Isidro y Las Ánimas; y al oriente, con los de La
Joya de Molina (Gobierno del Estado de Tamaulipas, 1911, pp. 275- 278). Dicho
rancho estaba dentro del perímetro de La Puente. Esta propiedad se encontraba
en la novena sección, de las catorce en las que se dividía la jurisdicción de
Jaumave (Ayuntamiento de Jaumave, 1895). Las secciones eran conglomerados de
haciendas y ranchos, donde por lo general la más habitada o el más habitado
contaba con un representante o encargado legal de ese conjunto de fincas y
ranchos. La Puente tenía como representante a Ignacio Saldaña, quien probablemente
era tío de José Montesinos.
Al finalizar el
siglo XIX, La Puente tenía como linderos; al norte, la finca de Los Ébanos, de
Juan Fernández; al sur, terrenos de la sucesión de Francisco Lucas Saldaña, la
finca La Soledad, de Marcos Báez y La Joya de Molina, de Manuel Tejeda; al
oriente, la finca Tajo de Aniceto Martínez; y al poniente, Monte Redondo de
Pomposo Álvarez, y terrenos de la finca La Gloria (AGNET, Libro 142, 1893-1902,
ff. 75-78v). A diferencia de estas propiedades, La
Puente estaba habitada por trescientos cuarenta y cinco habitantes en 1895. Tal
vez se trataba de las familias del administrador Ignacio Saldaña, del mayordomo
y demás trabajadores de campo que vivían en dicha propiedad.
En principio, La
Puente tuvo varios dueños, primero a Hipólito Echávarri; después, a Francisco y
Federico Ortiz; y luego a Silvano Montemayor hasta que la adquirió Francisco de
Lucas Saldaña, quien la compró a su antiguo propietario que no pudo hacer inversiones
altas en la finca porque los gastos para su mantenimiento eran elevados. Es
posible que Silvano Montemayor se haya visto obligado a hipotecar su propiedad
para obtener financiamiento, pero al no poder cubrir los préstamos e intereses
generados por la deuda, la hacienda fue vendida al señor Saldaña (Periódico
Oficial del Gobierno del Estado, 1889). A los pocos años de esta adquisición,
La Puente tenía una longitud de cuatro sitios de ganado mayor que equivalían a
7, 022 hectáreas (Registro de notarías, 1893-1902).
La compra de La
Puente se efectuó con el propósito de acaparar la tierra. Por tal motivo, la
hacienda de los San Pedro de los Saldañas y Anexos
también englobó El Aguacate, que lindaba al norte, sur y oriente con terrenos
de Rudecindo Montemayor; El Limón o Limoncito cuyos límites al norte eran
terrenos del rancho de Calabazas, de Rudecindo Montemayor; al oriente, colindaba
con el rancho de San Isidro de las Moritas, de Amado Treviño Flores; y al sur y
poniente, con terrenos de los Saldaña. El Limoncito medía treinta caballerías[1],
equivalentes a 1, 344 hectáreas, valuadas en 3, 500 pesos. El Terrero, que
databa del siglo XVIII tenía un perímetro de 537. 6 hectáreas y estaba valuado
en 1, 500 pesos. Este terreno lindaba al norte, con tierras de Rudecindo
Montemayor; y al sur, con las de Amador Cervantes (Registro de notarías,
1893-1902). Por su lado norte y oriente, El Rincón del Capitán también tenía
límites con terrenos de Rudecindo Montemayor; al sur con el rancho de San
Juanito; y al poniente, con terrenos de Canuto Martínez. Las Joyas, San Juanito
y Las Moritas también formaban parte de la hacienda.
Cuadro 2. Inventario de la hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos, 1884
Bienes |
Valor en pesos |
Cuatro sitios
de agostadero a 800 pesos cada uno |
3, 200 |
30 fanegas de
sembradura |
3, 000 |
Una casa
habitación |
2, 800 |
Canal para riegos |
2, 000 |
15 fanegas de
sembradura de temporal |
1, 500 |
Un pedazo de
terreno en que está ubicado el rancho de San Juanito |
800 |
8 fanegas de
sembradura de maíz en San Juanito |
800 |
La deuda de
sirvientes |
700 |
500 surcos de
caña de azúcar |
500 |
2 regaderas de
agua en el río de Palmillas, Tamaulipas |
480 |
16 mulas
aparejadas |
480 |
Un local para
molino de fierro |
400 |
Cuatro fanegas
de sembradura en La Puente |
400 |
12 yuntas de
bueyes aperados |
240 |
Dos trojes de
material |
200 |
6 ½ fanegas de
sembradura con riego por ojos de agua que producen 6 ¼ surcos y 2 ½ sin él |
125 |
Cerca de
potreros en los desmontes |
125 |
Alambique |
120 |
Tenería |
100 |
Un caballo de
ab. |
100 |
Tres y cuatro
porciones de terreno de agostadero marcado con el número 2 ½ |
100 |
15 yeguas de
vientre |
90 |
4 mulas de
silla |
80 |
8 vacas de
vientre |
64 |
Tres surcos de
agua en la regadera de esta hacienda |
60 |
2 carretones
de dos ruedas |
60 |
2 carreta
enllantadas |
50 |
Casa
habitación en La Puente |
50 |
Un trigo
pajizo |
40 |
Herramienta de
labor |
25 |
Un burro manso |
20 |
6 potros y
potrancas de 2 años |
18 |
8 becerras y
becerros de 1 año |
8 |
5 potros y
potrancas de 1 año |
5 |
Total |
18, 740 |
Fuente: F. Saldaña
(1884).
3.
El auge económico durante la madurez del Porfiriato
La hacienda de
San Pedro de los Saldañas y Anexos vivió uno de sus
mejores momentos económicos bajo la gestión empresarial de José Montesinos. En
otras palabras, dicha propiedad en manos de nuestro protagonista cobró auge
productivo porque dicho dueño extendió el perímetro de la propiedad y aumentó
el valor fiscal de la misma.
Una consulta al
Archivo Histórico de Jaumave permitió conocer el inventario de 1884 con información
numérica para saber a cuánto ascendía el valor de los bienes de la finca en
cuestión. Según el Cuadro 2, las tierras abiertas al cultivo tenían una
extensión de más de 7, 356. 55 hectáreas. Se trataban de cuatro sitios de
agostadero, es decir, 7, 020 hectáreas; treinta fanegas de agricultura, 159
hectáreas; quince fanegas de sembradura de temporal, 79. 5 hectáreas; ocho
fanegas de sembradura de maíz en San Juanito, 42. 4 hectáreas; cuatro fanegas
de sembradura en La Puente, 21. 2 hectáreas; 6 ½ fanegas de sembradura con
riego por ojos de agua que producen 6 ¼ surcos y 2 ½ sin él, 34. 45 hectáreas;
un pedazo de terreno en que estaba ubicado el rancho de San Juanito; quinientos
surcos de caña de azúcar; y tres y cuatro porciones de terreno de agostadero
marcado con el número 2 ½.
De la misma
manera, se obtiene que las tierras cultivables poseían un valor fiscal de 10,
425, que equivalían al 55. 6 por ciento de inversión. Dicho porcentaje se
obtiene al multiplicar 10, 425 pesos, que es el monto de los terrenos
cultivables por 100 divididos entre los 18, 740 pesos, que representan el total
del avalúo de 1884.
Adecuaciones a
la infraestructura de la hacienda para hacerla más productiva; la iniciación en
ella de la explotación de lechuguilla que se combinó con el cultivo de cereales
y la ganadería; la elaboración de piloncillo o panocha y aguardiente de caña de
azúcar en sus instalaciones; el mantener al ganado en constante mejoramiento
genético por medio de ganado fino de importación en sus agostaderos; y las
inversiones en la renovación tecnológica y de edificación de obra hidráulica,
contribuyeron al aumento del valor fiscal y al crecimiento del perímetro de la hacienda.
El incremento del perímetro de San Pedro de los Saldañas
y Anexos también fue debido a que se anexaron tierras contiguas que se
adquirieron en el marco jurídico del momento, la remedición de terrenos y la
privatización de la tierra (Gobierno del Estado de Tamaulipas, 1889, p. 156).
Cuadro 3. Inventario de la hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos, 1899
Bienes |
Valor en pesos |
Hipoteca a los
Sres. Ugarte Hnos. de 2 de julio de 1894 inclusive la subrogación de Don
Fernando González de 12 del mismo mes y año |
26, 000 |
Hipoteca a
Bernardo Zorrilla del 12 de enero de 1898 |
13, 000 |
53 ½ hectáreas
de terreno de sembradura de riego en las porciones 29 y 30 |
3, 000 |
10, 780
hectáreas de superficie que comprenden las porciones 18, 27, 29, 30, 31, 32,
37, 38, 39, 40, 41, 42, 43, 45, 49, 50, 51, mitad de la 52, 68, 69 y 70 en
que está ubicada esta finca y sus anexos |
2, 750 |
10 fanegas de
sembradura de riego correspondientes al agua de El Sotol |
2, 250 |
1, 022
hectáreas de terreno de agostadero llamado San Juan y Las Joyas |
2, 000 |
48 surcos de
agua en la toma de El Terrero |
1, 440 |
21 hectáreas
de terreno de sembradura de riego en la porción 18 |
1, 200 |
185 cabezas de
ganado vacuno de cría |
925 |
26 hectáreas
de terreno de sembradura de riego en La Puente |
900 |
Enceres y
útiles para fábrica de piloncillo |
760 |
24 surcos de
agua en la toma de la hacienda |
720 |
200 surcos de
caña de azúcar |
600 |
Fincas de
habitación y trojes en esta finca |
600 |
25 yuntas de
bueyes |
500 |
28 caballos y
mulas de servicio |
448 |
410 cabezas de
ganado menor |
410 |
1, 755
hectáreas de terreno de agostadero en El Duraznillo |
400 |
45 cabezas de
ganado caballar |
225 |
Finca y troje
en El Limón |
200 |
Menaje de casa |
200 |
60 cabezas de
ganado asnal |
200 |
20 burros de
recuas 150 |
150 |
7 días y 2
horas de riego en la toma de El Sotol |
141. 66 |
Herramientas y
útiles de labranza |
121 |
9 días de
riego en la toma de La Puente |
108 |
Enceres y
útiles para fábrica de aguardiente |
100 |
Finca y troje
en La Puente |
100 |
35 cerdos de
cría |
35 |
77 aras de
terreno de sembradura en Calabazas |
33. 38 |
Total |
59, 517.04 |
Fuente: Francisco
Saldaña (1899).
Las tierras
cultivables tendieron a incrementarse en un período de quince años. El terreno
abierto a la agricultura pasó de 7, 356. 55 hectáreas en 1884 a 10, 780
hectáreas en 1899. Para finales del siglo XIX, los terrenos arables equivalían
a un promedio de inversión del 17. 4 por ciento, equiparable a los 10, 383. 38
pesos.
Una tendencia
similar de ampliación del perímetro cultivable fue notoria en el decenio de
1900 a 1910, ya que el número de hectáreas de agricultura aumentó una vez más,
pasando de 10, 780 hectáreas en 1899 a 11, 944 en 1910. Esta situación influyó
para que el valor de la finca aumentara de 59, 517.04 pesos en 1899 a 67, 146
pesos en 1910.
El máximo
crecimiento total que tuvo la hacienda fue de 19, 470 hectáreas durante el
decenio de 1900. Esto lo sabemos por el deslinde que llevó a cabo José
Montesinos de su propiedad ese año (Plano para el deslinde de la hacienda de S.
Pedro de los Saldañas, 1900). El deslinde de la
hacienda tuvo que ver con la política que estimuló la inversión y el desarrollo
de las actividades agrícolas y ganaderas, al no existir ya duda sobre la
pertenencia de cualquier predio. La remedición de la propiedad original y la
privatización del ejido de Jaumave determinaron el régimen de dominio de bienes
rústicos, dando certeza jurídica al propietario de San Pedro de los Saldañas y Anexos ante cualquier eventualidad (Herrera
Pérez, 2011, pp. 151, 154). De esta manera dicha propiedad legitimó
jurídicamente su fundo y la propiedad de sus ranchos contiguos.
Enmarcados en el
contexto del Porfiriato, las políticas públicas emitidas por los gobiernos
tanto federal como del estado favorecieron el inicio de la modernización en las
haciendas tamaulipecas orientadas a la producción agropecuaria y explotación de
ixtle de lechuguilla.
El proceso de
"talla" para la elaboración de ixtle de lechuguilla permaneció
constante durante el siglo XIX, pero hacia 1907 hubo cambios en cuanto al
desfibrado de la fibra. De la elaboración manual de ixtle se pasó a la
utilización de la máquina desfibradora Winfield. También se registraron cambios
para destilar aguardiente de caña de azúcar con la introducción del alambique
(Tortolero Villaseñor, 1995, p. 283). La modernización de la infraestructura de
San Pedro de los Saldañas y Anexos con maquinaria de
punta posicionó a la finca entre las mejores unidades productivas más modernas
y de grandes rendimientos, lo que incrementó su eficiencia.
Con el uso de
dicha desfibradora se aprovecharía el 20 por ciento de lechuguilla sobre el
tallado a mano, lo que arrojaría un producto mayor de fibra diariamente. Desconocemos
si se obtuvo realmente este resultado, pero suponemos que Montesinos Saldaña
introdujo la máquina Winfield debido a su perfil como hacendado con visión
empresarial, "un hombre progresista que procuraba atender personalmente
sus negocios, introduciendo en su finca las mejoras que se cree oportunas para
aumentar los rendimientos de ellas, sin fijarse, en gastos o sacrificios de
ningún género” (Pan American Magazine Review,
1907, p. 89). Dicho dueño contaba con el capital necesario para invertir en San
Pedro de los Saldañas y Anexos para hacerla
productiva.
Esto requirió de
un alto costo que sólo podían enfrentar los propietarios más ricos como José
Montesinos, cuya capacidad de invertir se vio reflejada en su personalidad de
empresario agrícola porfirista. Por esta razón utilizaría maquinaria novedosa,
así como lo hicieron: Amador Cárdenas, dueño de la hacienda Pozo de Calvo; Juan
José Castaños, de propiedades en la villa de Miquihuana
y Tula en Tamaulipas y El Carmen, en Nuevo León; Francisco Dosal, de la de San
Francisco (Tula); Gregorio Lecea, de una en Golondrinas (Nuevo León); R.
Montemayor e hijos, de Calabazas y Salamanca; el ingeniero I. R. Montemayor, de
Los Ébanos y Las Pilas; el licenciado Canuto Martínez, de Santiaguillo;
Bernardo Morales, de Dulces Nombres (San Carlos, Tamaulipas); Francisco Romero,
de El Pastor (Chihuahua); Narciso Saucedo, de San José (Estación Roca del FCCM,
Coahuila); y Fidencio Terán, de Ciudad Victoria, Tamaulipas (El Mundo
Ilustrado, 1908).
Que estos
hacendados con visión empresarial introdujeran la máquina de vapor Winfield en
sus propiedades para hacerlas más productivas dependió de la política de
fomento económico impulsada por el gobierno del estado para favorecer la
industrialización en Tamaulipas. La política económica comprendía la exención
del pago de impuestos al fisco a los propietarios por la introducción de
maquinaria.
Esta legislación
se complementó con otras leyes agrarias, tales como la de 1894 que consistió en
el fomento y modernización de la agricultura para estimular las actividades
agrícolas. Como resultado de lo anterior, San Pedro de los Saldañas
y Anexos se consolidó como unidad productiva de primer orden. Esta política
agraria coincidió con la ley del 5 de junio de 1888, que estableció la
legitimidad de los derechos de uso particular de las aguas y limitó el control
local de los acuíferos por parte de los particulares (Congreso del Estado de
Tamaulipas, 1888).
Desde la
refundación de Jaumave, el 20 de mayo de 1744, uno de los recursos básicos para
el regadío de la agricultura en general y abastecimiento de ganado, fue el
agua. Este hecho se consideró al procurar que las porciones de tierra tocaran
las aguas del Guayalejo. Este río inicia en lo alto del plano inclinado del
Llano de los Azuas, en la villa de Palmillas, a 1500 msnm, en el entorno de los
ojos aledaños al Paso del Durazno, inmediatos al parteaguas que separa las
aguas que van a dirigirse al valle de Ocampo. A partir de su nacimiento, el
Guayalejo discurre de sur a norte por la altiplanicie entre montañas de
Palmillas hasta descender a Jaumave, en cuyo valle dicha corriente se abre paso
entre los pliegues de la Sierra Madre Oriental (Herrera Pérez, 2004, p. 26).
La presencia de
la Sierra Madre Oriental es un elemento determinante para las características
hidrográficas donde se encontraba la hacienda San Pedro de los Saldañas y Anexos, la que usufructuó el vital líquido, que
luego de 1744 pudo comprarse o rentarse junto con la adquisición de las tierras
mediante la aplicación de una serie de medidas encaminadas para incentivar la
inversión y el aumento de la producción. Las medidas se trataron de cambios
legislativos en materia acuífera, los que, a raíz de ellos, en 1907, José
Montesinos solicitó la concesión de agua del río Jaumave o Guayalejo para el
desarrollo de la agricultura de la finca. En esa concesión, Montesinos
solicitaba la adjudicación de 312 litros de vital líquido de dicho río, en el
punto denominado Paso de las Enramadas hasta el otro punto conocido como Monte
Redondo (Gobierno Federal, Secretaría de Fomento, 1907). Con esta solicitud la
hacienda contaría con 1, 248 litros por segundo, la cual era suficiente para
irrigar los terrenos que se habían abierto al cultivo (Pan American Magazine Review, 1907).
Esta publicación menciona que el maíz, el frijol, la
caña de azúcar y varios tipos de árboles frutales, eran productos agrícolas de
importancia en la hacienda. La revista mencionada incluyó en su señalamiento
que el ixtle de lechuguilla y henequén yucateco constituían también la base de
la riqueza de San Pedro de los Saldañas y Anexos. No
menos importante eran los recursos forestales con que contaba dicha propiedad:
"en las alturas de los agostaderos se encuentran maderas finas y de
construcción, tales como pino y encino de varias clases, barreta, álamo, ébano
y mezquite en grande abundancia" (Pan
American Magazine Review, 1907, p. 192).
Dicha
publicación también señaló que: "entre las plantas textiles que crecen
silvestres cuéntese la palma que en número de 4 a 6 millones de ellas pueden
producir de 150 a 200 arrobas diarias de fibra" (Pan American Magazine Review, 1907, p.
192). Y añadía que: San Pedro de los Saldañas era una
de las haciendas más ricas en lechuguilla del valle [de Jaumave]. Por lo
anterior la principal riqueza de la hacienda consistía en la explotación de
ixtle, de la cual se encontraban extensos campos cubiertos de esa planta en la
finca. Debido a su característica natural y a la ventaja económica que
representaba, "la lechuguilla es absolutamente silvestre y no tiene
necesidad de cultivo alguno, erogando los gastos solamente de corte y
extracción de fibra" (Pan American
Magazine Review, 1907, p. 192).
Al igual que
dicho agave también el otro, el henequén yucateco tuvo importancia para el
propietario, ya que "en esta hacienda, como en muchas de Tamaulipas, se ha
plantado con halagador éxito el henequén yucateco, cuyo desarrollo y calidad
son notables." Y bajo la gestión empresarial de José Montesinos, dicha
propiedad tuvo incremento en la producción de ixtle. La cosecha de 1907 alcanzó
los 8, 500 kilos de ixtle semanalmente. Con la renovación tecnológica que hizo
Montesinos se esperaba aumentar la producción de fibra a 18, 900 kilos por
semana (Pan American Magazine Review, 1907, p. 192). En cuanto a recursos forestales,
en San Pedro de los Saldañas y Anexos se plantarían
cinco mil árboles frutales traídos de Estados Unidos, el mercado más pujante de
aquel momento. No menos importantes eran el henequén yucateco y algodón que
constituían también productos lucrativos de la finca.
En la finca
había tierras dedicadas al cultivo de caña de azúcar; el aguardiente y el
piloncillo o panocha constituían los bienes acabados derivados del carrizo
dulce. Dicha unidad productiva desarrolló el aguardiente en escala comercial y
sus principales consumidores lo eran los trabajadores del campo. El piloncillo
era el endulzante que no podía faltar en los hogares tamaulipecos. Cabe
mencionar que una parte de las tierras de San Pedro de los Saldañas
y Anexos se orientaron a la reproducción de ganado de tiro y cría.
En vísperas de
la Revolución Mexicana, en septiembre de 1910, se llevó el tercer avalúo de la
hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos. Por
tal motivo, nuevamente José Montesinos reportó al fisco el capital que
representaba su propiedad. La tierra abierta a la agricultura de la finca era
de 11, 944 hectáreas. Es decir, 6, 407 hectáreas de terreno sin agaves ni
lechuguilla; 5, 265 hectáreas de terreno lechuguillosos;
y 272 hectáreas de terreno de sembradura con agua propia en San Pedro de los Saldañas y Anexos. Cabe señalar que el valor total de la
finca era de 67, 146 pesos. En dicho total, la tierra productiva tenía una
participación del 84 por ciento, equiparable a 56, 426 pesos.
Cuadro 4. Inventario de la hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos, 1910
Bienes |
Valor en pesos |
5, 265
hectáreas de terreno lechuguillosos en Los Saldañas y Anexos |
26, 325 |
6, 407
hectáreas de terreno sin agaves ni lechuguilla |
19, 221 |
272 hectáreas
de terreno de sembradura con agua propia |
10, 880 |
Fincas
habitación en Los Saldañas |
2, 500 |
61 surcos agua
en las Tomas del Canal, San Francisco y El Carmen |
1, 830 |
Enceres,
útiles, herramientas y maquinaria |
1, 500 |
80 vacas de
vientre |
840 |
30 mulas y
machos |
600 |
400 surcos de
caña de azúcar |
600 |
4 carros de 4
ruedas |
525 |
Las Moras |
400 |
5 caballos a. |
250 |
2 coches |
250 |
25 caballos de
servicio |
240 |
San Juanito |
200 |
El Limón |
200 |
4 caballos
estima |
200 |
15 toros de
edad |
160 |
30 becerros y becerras
de 2 años |
132 |
16 yeguas de
vientre |
80 |
35 becerros y
becerras de un año |
75 |
40 yuntas de
bueyes |
50 |
10 potros y
potrancas de 2 años |
36 |
Un burro |
30 |
10 potros y
potrancas de un año |
12 |
1 garañón |
10 |
Total |
67, 146 |
Fuente: José F. Montesinos
(1910, pp. 154-155).
El conocimiento
de los alrededores y prestigio social determinaron el mando del mayor José
Montesinos del Regimiento Voluntarios de Tamaulipas, el cual se formó para
defender la población civil y sus pertenencias contra el ataque de grupos
rebeldes que se iban levantando por doquier en la zona ixtlera del valle de
Jaumave. La elección por Montesinos de comandar a los Voluntarios respondió a
la estrategia del general Díaz de colocar a hombres de confianza en la
comandancia de la defensa de las municipalidades de Jaumave, Miquihuana, Palmillas, Bustamante y Tula (Rojas, 1983, p.
20).
Los Voluntarios
(150 hombres) que eran vecinos de estas poblaciones, recibirían su instrucción
militar por parte de oficiales bajo las órdenes de José Montesinos, el mayor
Carrillo, el teniente Molina y el subteniente Domenzain,
quienes instruyeron a los Voluntarios por las tardes en la Plaza de Toros de
Tula de Tamaulipas, hoy Escuela Primaria Benito Juárez (Núñez Narváez, 1950, p.
27). Luego del entrenamiento, Montesinos y sus lugartenientes y sus milicianos
salieron de Tula para dirigirse al municipio neolonés de Doctor Arroyo para
capturar a un grupo de alzados que se dirigieron a esa población del vecino
estado de Nuevo León.
Durante la
estancia de don José y su ejército al sur de Nuevo León, aconteció en Tula la
celebración de la Feria de Todos los Santos y el incendio del atrio de la
Parroquia de San Antonio, hechos locales que coincidieron con alzamientos en
los estados de Puebla y Chihuahua a favor de Francisco I. Madero, cuyas
noticias pusieron en jaque la tranquilidad de las ciudades de provincia, entre
ellas las tamaulipecas, donde los habitantes estaban a la zozobra de lo que
ocurriera a inicios de 1911, una insurrección armada. La que estalló
finalmente: "el domingo 21 de mayo de 1911, como a las cinco de la mañana,
la gente despertó sobresaltada por la irrupción de un grupo de hombres por
diversos rumbos de ciudad Tula" (Núñez Narváez, 1950, p. 27).
Los alzados que
tomaron Tula ese día habían burlado evasivamente a los Voluntarios de
Montesinos, los cuales no pudieron dar alcance a sus enemigos y evitar de esa
manera la irrupción de ellos en la plaza tulteca, la
que quedó finalmente en manos de Alberto y Francisco Carrera Torres. Estos
líderes inmediatamente eligieron nuevas autoridades civiles de forma simbólica
en el kiosco que José Montesinos había instalado en la Plaza Principal de Tula
años atrás. Así lo menciona el periódico El
Tulteco en su edición de 1906: "ayer a las
doce del día llegó a Tula en carros de la hacienda de José Montesinos, el
kiosco que en Monterrey se construyó y el cual se instalará en la plaza
Independencia” (p. 3). Allí mismo, pero cinco años después el señor Filiberto
Sustaita sería nombrado por los Carrera Torres como nuevo presidente municipal.
Después de
haberse celebrado este acontecimiento en el kiosco de la Plaza Independencia,
ocurrió el licenciamiento de la tropa carrerista el 30 de junio de 1911. Algo
similar sucedió con los Voluntarios de Montesinos, los cuales también se
avocarían al licenciamiento. Disuelto este ejército, don José se trasladó a la
Ciudad de México para integrar la comitiva que acompañó a Porfirio Díaz rumbo
al exilio en el extranjero a finales de mayo de 1911.
La ausencia de
José Montesinos en la entidad tamaulipeca provocó que San Pedro de los Saldañas y Anexos dejara de funcionar por el abandono de
las tareas agrícolas por parte de los trabajadores que en su mayoría se sumaron
a las filas revolucionarias. Otros factores relacionados con esta situación fueron
los asaltos a las propiedades en general. Por ejemplo, y por un telegrama
publicado en El Tiempo,
se supo que: "varios individuos se han levantado en armas. Con el fin
de hacerse de armas y dinero, han estado en las haciendas de Los Saldañas, Calabazas, Las Pilas, El Nopal, El Centinela,
Salamanca y Los Ébanos, apoderándose de las armas y dinero que han encontrado,
dejando el recibo correspondiente” (El Tiempo, 1912). La de los Saldañas al igual que otras fincas atrajeron la atención de
los rebeldes porque las haciendas, en ocasiones, también tenían municiones y
armas: armamento que el ejército federal dejaba para las guarniciones y grupos
de autodefensa, de tal modo que las incursiones de revolucionarios a sus
instalaciones afectaron a nuestra hacienda de interés (Rojas, 1983, p. 90).
En virtud de la
Ley Ejecutiva del Reparto de Tierras de 1913, emitida por Alberto y Francisco
Carrera Torres nuestra hacienda de interés fue intervenida. La Ley Agraria no
obtuvo su objetivo inicial de expropiar las grandes propiedades del estado. En
su defecto dicha ley sirvió solamente de justificante para incautar propiedades
del área de influencia del jefe carrerista, en la cual se encontraba la de San
Pedro de los Saldañas y Anexos, una de las cuatro
haciendas del valle de Jaumave afectadas por la legislación revolucionaria
(Solorio Martínez, 2008, p. 23).
Posteriormente, dicha
propiedad fue desincautada por el jefe carrancista en Tamaulipas, el general
Luis Caballero Vargas al término del movimiento revolucionario en 1917. Sin
embargo, el general Francisco Carrera Torres, quien recobró el control de la
zona ixtlera tres años después, volvería adueñarse de la finca para establecer
la Colonia Agrícola Militar de San Pedro de los Saldañas
y Anexos.
4.
Conclusiones
La tasa de
crecimiento del valor fiscal de la hacienda tuvo su mayor incremento en 1910,
ya que hubo una elevación del 4. 41 por ciento de 1884 a 1910. Dicho porcentaje
se obtiene al restar el valor final y el valor inicial entre el inicial (Cuadro
5).
Cuadro 5. Promedio de inversión de las tierras abiertas
a la agricultura
Años |
||
1884 |
1899 |
1910 |
10, 425 pesos |
10, 383. 38
pesos |
56, 426 pesos |
Fuente: José F.
Montesinos (1910, pp. 154-155).
El
avalúo de 1884 muestra que la tierra abierta a la agricultura tuvo una
participación del 55. 8 por ciento en el total del avalúo de la hacienda. En
orden de importancia le siguió el ramo de edificios, con el 18. 9 por ciento; y
la obra hidráulica, con el 10. 6 por ciento. En cambio, los bienes promedio de
la finca oscilaron entre el 4. 6 y el 2. 8 por ciento, de acuerdo con el Cuadro
6.
Cuadro
6. Promedio de inversión de los enceres de la hacienda
de San Pedro de los Saldañas y Anexos en 1884
Bienes |
Valor fiscal en pesos |
Porcentaje de inversión |
Tierras abiertas a la
agricultura |
10,
465 |
55.
8 |
Edificios |
3,
550 |
18.
9 |
Obra hidráulica |
2,
000 |
10.
6 |
Ganado |
865 |
4. 6 |
Deuda de sirvientes |
700 |
3. 7 |
Enceres |
620 |
3. 3 |
Agua |
540 |
2. 8 |
Fuente: Francisco
Saldaña (1899).
Las
hipotecas que pesaban sobre San Pedro de los Saldañas
y Anexos y que fueron necesarias para hacer altas inversiones en ella, concentraban
el mayor promedio de inversión con una participación en el total del 65.5 por
ciento en 1899. En ese año, las tierras abiertas a la agricultura equivalieron
al 24. 4 por ciento. Según el Cuadro 7, observamos que el ganado tenía un valor
fiscal de 2, 393 pesos (4. 0 %); los enceres, 1, 681 pesos (2. 8 %); el agua,
969. 66 (1. 6 %); y los edificios de la finca, 900 pesos (1. 5 %).
Cuadro
7. Promedio de inversión de los edificios de la
hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos en
1899
Bienes |
Valor
fiscal |
Porcentaje
de inversión |
Hipoteca de la hacienda |
39,
000 |
65.
5 |
Tierras abiertas a la
agricultura |
14,
573. 38 |
24.
4 |
Ganado |
2,
393 |
4. 0 |
Enceres |
1,
681 |
2. 8 |
Agua |
969.
66 |
1. 6 |
Edificios |
900 |
1. 5 |
Fuente: Francisco
Saldaña (1899).
Para
1910, se acrecentó el promedio de inversión de las tierras abiertas a la
agricultura debido a la contemplación de los terrenos destinados a la
explotación de agaves. Por tanto, el Cuadro 8 muestra que la tierra tuvo una
participación del 86.1 por ciento en el total del avalúo de ese año. Por su
parte, el promedio de inversión del ganado equivalió al 3. 9 por ciento; los
edificios, 3. 7 por ciento; los enceres, 3. 4 por ciento; y el agua, 2.7 por
ciento.
Cuadro
8. Promedio de inversión del agua de la hacienda de San
Pedro de los Saldañas y Anexos en 1910
Bienes |
Valor
fiscal |
Porcentaje
de inversión |
Tierras abiertas a la
agricultura |
57,
826 |
86.
1 |
Ganado |
2,
665 |
3. 9 |
Edificios |
2,
500 |
3. 7 |
Enceres |
2,
325 |
3. 4 |
Agua |
1,
830 |
2. 7 |
Fuente: José F. Montesinos
(1910, pp. 154-155).
En el período de
veinteseis año, contados desde 1884 a 1910, la
hacienda de San Pedro de los Saldañas y Anexos cobró
su mayor auge o mejor momento económico bajo la gestión empresarial de José
Montesinos, heredero de la propiedad, cuyo origen se remonta a finales del
siglo XVIII, pero posteriormente obtuvo su mayor tasa de crecimiento con base en
el análisis de los avalúos de la finca que fueron de gran utilidad para
desarrollar este trabajo.
Archivos
Archivo General
e Histórico del Estado de Tamaulipas. (AGHET)
Jefe del
Departamento de Catastro y Estadística. (1 diciembre de 1889). Superficie territorial
mercedada a los pueblos del estado como consta en los títulos de fundación.
Archivo General e Histórico del Estado.
Ortiz, F.
(1891). [Superficie territorial mercedada a los pueblos del estado como consta
en los títulos de fundación”, Ciudad Victoria, diciembre 1 de 1889, el jefe del
Departamento de Catastro y Estadística, Francisco Ortiz]. En Memoria 1890 (p. 34). Imprenta del Estado de Tamaulipas. Archivo General e
Histórico del Estado.
Prieto, A. (1895). Memorias
administrativas del Estado de Tamaulipas presentadas a la Honorable Legislatura
por el ciudadano gobernador Ingeniero Alejandro Prieto, 1891-1892-1893. Ciudad Victoria:
Imprenta del Gobierno del Estado en Palacio dirigida por Víctor Pérez Ortiz.
Archivo General e Histórico del Estado de Tamaulipas
Montesinos, José F. (12
de septiembre de 1910). [José F. Montesinos manifiesta al C. Presidente
Municipal el capital que posee, para los efectos de la Ley de Contribuciones
vigente en el Estado, cuyo capital está ubicado en Los Saldaña y Anexos].
Archivo General e Histórico del Estado de Tamaulipas
Ayuntamiento de
Jaumave. (1895). Libreta para el primer
empadronamiento, Estado de Tamaulipas, Cuarto Distrito de municipalidad de
Jaumave, Secciones 1a y 2ª. Ciudad Victoria: Imprenta del Gobierno del
Estado dirigida por Víctor Pérez Ortiz. AGEHT (Caja: Ayuntamiento de Jaumave).
Periódico Oficial del
Gobierno del Estado. (28 de agosto de 1889). Sección avisos, Protesta,
Un timbre que dice Bernardo Zorrilla. Periódico Oficial del Gobierno del Estado.
Ciudad Victoria. AGHET.
Prieto, A. (1889). Noticia
de las iniciativas hechas durante el año de 1889 por el Gobierno del Estado de
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estado libre y soberano de Tamaulipas por el gobernador constitucional,
Ingeniero Alejandro Prieto el día 1° de abril de 1889 (p. 156). Imprenta de Ignacio
Cumplido Sucesores. AGHET.
Montesinos, J. (1907). [Solicitud presentada ante esta Secretaría
por el Sr. José F. Montesinos, pidiendo concesión para aprovechar, como riego,
las aguas del río Jaumave o Guayalejo, en el estado de Tamaulipas, la cual, de
conformidad con la ley de la materia, se manda publicar por tres veces durante
un mes, para que las personas que se crean con derecho,
se presenten a alegarlo en el término señalado, contado desde la fecha de la
primera publicación]. AGHET (Gobierno
Federal, Secretaría de Fomento, Colonización e Industria de la República
Mexicana).
Archivo General
de Notarías del Estado de Tamaulipas. (AGNET)
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Tamaulipas. (1911). [Datos Relativos a los teléfonos del Estado y de
Particulares en el año de 1910]. Archivo General de Notarías del Estado de
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Registro de notarías.
(1893-1902). [Propiedades 1893-1902].Archivo General
de Notarías del Estado de Tamaulipas (Libro 142, 1893-1902, ff.
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Histórico del Congreso del Estado de Tamaulipas.
(AHCET)
Congreso del Estado de Tamaulipas (10 de octubre de 1888). Decreto 50
del 10 de octubre de 1888. Archivo Histórico del Congreso del Estado de Tamaulipas.
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Histórico de Jaumave, Tamaulipas. (AHJT)
Saldaña, F. (14 de
septiembre de 1899). [Sucesión Francisco L. de Saldaña]. Archivo Histórico de Jaumave,
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[Proyecto académico coordinado por Javier Sanchiz y
desarrollado desde abril de 2007 en el Instituto de Investigaciones Históricas,
Universidad Nacional Autónoma de México; y desde octubre de 2013 en
colaboración con Víctor Gayol]. https://www.historicas.unam.mx/investigacion/seminarios/s_genealogia.ht