La distante educación

Alejandro J. De la Mora Ochoa[1]

Orcid: https://orcid.org/0000-0003-4662-8330

 

Recibido: 1 de febrero de 2022

Aceptado: 10 de febrero de 2022

 

 

La presentación del número temático contiene cuatro secciones: una de ellas introductoria seguida de tres más: "La conceptualización de la cultura" y "La apropiación de lo simbólico", en ellas se revisan, por un lado, la noción que entiende la cultura como un "estado bruto" y, por otro, la mediación del ciberespacio en la marginación de algunos individuos. En la sección cuarta se presentan los textos de esta colección.

 

Introducción

El proceso enseñanza-aprendizaje-enseñanza (EAE) conceptualizado como la habilidad para recordar y repetir información con la finalidad de aprobar los exámenes y enseñar esto a los otros, aunque nadie aprenda, ha sido un éxito trascendental para quienes se han mantenido en el espacio virtual. Sin embargo, en otro marco conceptual, el mismo proceso entendido como la habilidad que con base en la experiencia y la cognición enseña a pensar para resolver problemas y aplicar este conocimiento para adaptarse a situaciones nuevas, los resultados que se aprecian son muy distintos.

Este proceso ha tenido graves repercusiones a causa de la pandemia de Covid 19 que azota nuestro planeta hace más de dos años. Los agentes de este proceso han acudido a los medios de comunicación de masas para paliar los irreparables daños.

A vista de pájaro, los más afectados son los actores del proceso EAE. En el entorno seleccionado se percibe que de forma parecida en la que el libro pierde sus tres dimensiones, y su aroma, textura, materialidad... ha sucedido lo mismo con alumnos y profesores. El capital cultural perdió su materialidad en aras de la exacerbación del capital simbólico.

En la distante educación, los agentes del proceso EAE emplean una voz filtrada electrónicamente que minimiza la parte afectiva de la entonación, la riqueza de las vibraciones de la laringe y de los resonadores faciales y corporales. La comunicación postural y gestual ha sido menguada asimismo por este medio emergente. Con altas probabilidades, existen también repercusiones en la salud como puede evidenciarse por ejemplo con la identidad por la difuminación de las fronteras (espacio/tiempo, autor/copista, agente/medio) que se ha constituido en el telón de fondo del escenario. En el mismo, las zonas anterior y posterior (Garfinkel, 2006) se han modificado cuantitativa y cualitativamente. La interlocución polifónica, cedió la voz a la monotonía. Transitamos del colectivo al individuo.

 

La conceptualización de la cultura

Suele acostumbrarse vincular la educación con la cultura. Algunos entienden que la educación y la cultura son conceptos con una relación causal. Suponen que una mayor cantidad de educación, trae como consecuencia una mayor cultura. En esta perspectiva, la recíproca es válida también: a menor cultura, menor educación. Esta percepción propicia algunas confusiones en la práctica del proceso EAE.

Habría que dilucidar el concepto cultura en un intento por disminuir la confusión. En ese sentido conviene que recordemos la poderosa influencia de la lingüística como una de las intrusiones que condujo a esta ambiguedad. Ella radica en la definición que aportó (Sapir, 1954) que alude simultáneamente a dos campos semánticos diferentes: uno de ellos es la "falta de sabiduría socialmente heredadable", el otro; "se contrasta con un 'estado bruto' determinado por la dejadez o por el fracaso de los procesos (educativos) de refinamiento". Esta última acepción es la que sustenta el galimatías.

A diferencia de ello, aquí se entiende el concepto "cultura" como los espacios físicos, sociales y simbólicos que constituyen el mundo real que escenifican las relaciones de poder mediante el recurso predominante del discurso (Araiza Díaz V., Araiza Díaz, A. y D. Medécigo, 2020). Esta apreciación posibilita que se pueda abordar lo que ha dado en denominarse la "brecha tecnológica"

La enorme distancia respecto a las habilidades entre migrantes y nativos de la internet se ha profundizado como una consecuencia de la aceleración del momento de emplear el ciberespacio para un propósito diferente al entretenimiento. Estas amplias diferencias entre los habitus de tirios y troyanos no se hallan dependientes de forma exclusiva de la desigualdad en los ingresos de los integrantes de las formaciones sociales. (Romeu, V., Álvarez, M. y Pech, C., 2018), ni tampoco del momento en que se inmiscuyen en la cultura de masas de la información. Lejos de lo económico y lo etario actúan otras variables que inciden en la problemática y suelen ser de mayor contundencia.

Una de ellas es la autopercepción social y simbólica. Como una de las consecuencias del enorme avance de la información esta ha desplazado las variables sociales para sustituirlas por las culturales. De esta manera los bienes simbólicos o culturales reemplazan a las instituciones y en cierto grado a las estructuras sociales (Lash, S., 2005).

 

La apropiación de lo simbólico

Entre los agentes de los grupos sociales existen diferentes formas de apropiación de lo simbólico. Este hecho les posibilita una cierta percepción del mundo social. De esta manera, los agentes interactúan con la cultura dominante, algunas veces supeditados a sus dictados, y en otras ocasiones confrontándola mediante su incorporación a los movimientos populares de resistencia. Estos últimos se desarrollan en la interacción colectiva. Consecuentemente, dadas las condiciones de inmovilidad y aislamiento producidos por la pandemia, este ha sido un periodo donde la cultura de la clase supraordinada ha avanzado mucho en la construcción del imaginario colectivo.

Las diferencias sociales mediadas por el ciberespacio no se sustentan ya en la noción de explotación que explicitaba una de las causas de las diferencias económicas y culturales en las estructuras sociales de la sociedad moderna y la contemporánea. Actualmente la tecnología, por medio de la cultura de la información, proporciona armas más sutiles. Una muy eficaz y con mucho poderío es la marginación. Las herramientas para la marginación de los subordinados adquieren materialidad, por un lado en la infraestructura para la conectividad, y por otro; mediante la calidad de los dispositivos electrónicos.

El conocimiento autógeno (no convertible a valores externos) ha sentado sus reales a instancias de la pandemia de Covid 19. El colectivo, la tribu, el clan, padecen abandono. Los profesores, sacerdotes, brujos..., también. La violencia de género y la violencia familiar se exacerbaron. Se podría afirmar que la pandemia del Covid 19 aceleró lo que la posmodernidad anticipaba. Argumentaciones alredor de los efectos de la pandemia en el proceso EAE constituyen la médula de los textos que integran este número. Los artículos son: “Itinerario escolar de la pandemia. Doble recuento personal de los efectos de la enseñanza distante durante el encierro provocado por el covid-19”, “Las tutorías on-line de doctorado en el contexto de la cuarentena por COVID-19”, “Consideraciones acerca de la educación, lectoescritura y aprendizaje en los tiempos de pandemia” y “Transformaciones en la educación básica mexicana a causa del distanciamiento forzado por COVID-19”. Escritos respectivamente por Enrique López Aguilar; Elina Alejandra Giménez, Verónica Mailhes, Elking Araujo y Barbara da Silva Santana Lopes; Alejandro Caamaño Tomás y Diana Ramírez Huerta.

En esta colección, las autoras y autores abordan las experiencias de alumnos y docentes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la experiencia de la metodología empleada en una tutoría de tesis on-line, los cambios en los procesos de lectura y escritura y las modificaciones en el aprendizaje en la educación básica; todos ellos en situación de enseñanza a distancia forzada por la pandemia de COVID 19.

Enrique López Aguilar hace un buen recuento de los sucesos alrededor de la pandemia. Mediante el estudio de casos describe situaciones observadas en la educación media. Derivado de ello analiza las limitaciones de la infraestructura educativa. En la sección que sigue concentra su mirada en los profesores de educación superior. Cuando se refiere a la educación media, emplea una metodología diacrónica. Antes de finalizar su exposición el autor comenta las repercusiones en la salud del país por los contagios. Su sección postrera es un relato de los resultados catastróficos por las vidas que segó la pandemia entre los trabajadores de la educación superior.

Elina Alejandra Giménez, Verónica Mailhes, Elking Araujo y Barbara da Silva Santana Lopes después de una sección introductoria reflexionan alrededor del contraste entre las condiciones actuales y las previas a la pandemia. Inmediatamente después describen las particularidades de los trabajos de los integrantes del Seminario de tesis doctoral. Enfatizan la ventajosa posibilidad que aportan las actividades no presenciales para la comunicación internacional entre estudiantes desde cada uno de sus países. Advierten que esta forma de trabajo implicó un mayor compromiso con las actividades académicas. En la sección precedente comentan que en los textos que se escribieron como avances de la tesis, se empleo el lenguaje incluyente. Finaliza el texto de los doctorandos con las conclusiones, en ellas sostienen que el curso on-line: "propició y enriqueció la construcción colectiva de nuevos saberes y de nuevos procedimientos de investigación y escritura".

Alejandro Caamaño Tomás considera que la lectoescritura se adaptará a las clases en línea, alude a un texto de McLuhan para realizar un paralelismo con relación a los cambios en la lectoescritura durante la pandemia. Considera que los lectores han sido quienes a lo largo de 3500 años de historia de la lectura han modificado las prácticas lectoras. Con referencia a Mc Luhan, alude a la "Revolución del alfabeto fonético" que propició la disminución de la transmisión de conocimientos por vía oral. Indica que las "herramientas" táctiles y visuales de la escritura a mano conservadas por diez siglos cedieron a la uniformidad y repetibilidad de los tipos de la imprenta. Culmina el paralelismo macluhiano con la "revolución electrónica". Sugiere que la lectoescritura en la cultura informática masiva requerirá un nuevo enfoque que incluya el habitus digital y la habilidad en multimedia de los usuarios.

Diana Ramírez Huerta califica la educación a distancia en el nivel básico como una solución de choque. Realiza un recuento del inicio del programa Aprende en casa, enfatiza los daños psicológicos en niños y jóvenes. Indica las limitaciones de las herramientas de comunicación en los docentes, concluye este apartado con una referencia a las desigualdades educativas. Señala que estas se originan en la familia, agrega además que el confinamiento propicia la violencia familiar. Otro aspecto al que atiende la autora es la brecha tecnológica. En su ivestigación sostiene que la desigualdad tecnológica abarca también a los docentes. Aporta datos  estadísticos que comprueban la no conclusión de estudios en la escuela básica. Cuestiona que la educación a distancia sea una solución educativa en tiempos de pandemia.

Con base en la afirmación que todo espacio es un espacio de aprendizaje propone la educación desescolarizada con formas de interacción intensas entre los paricipantes a partir del intercambio de experiencias "internivel e intergeneracionales". Contrasta los conceptos "educación a distancia" y "educación virtual" para argumentar que un cambio de medios no significa cambio de contenidos. En otra de las secciones del texto de su indagación, confirma con datos cuantitativos que el teléfono celular es eficaz cuando los alumnos se comunican, pero no así cuando por su intermedio estudian. Sugiere que los contenidos educativos de la educación básica tendrían que considerar las nuevas condiciones de interacción comunicativa propiciadas por las adversas condiciones actuales. Puntualiza que el uso de tecnologías digitales compete tanto al Estado como a las familias, estas deberían, afirma, comprometerse con proporcionar un ambiente psicoafectivo sano.


 

 

Bibliografía

Garfinkel, H. (2006). Estudios de Etnometodología. México: Antrophos-UNAM.

Lash, S. (2005). Crítica de la información. Buenos Aires: Amorrortu.

Sapir, E. (1954). El lenguaje. México: Fondo de Cultura Económica.

 

Hemerografía

Araiza Díaz, V., Araiza Díaz, A. y Medécigo Daniel, U. (2020) Cultura: un asunto de información y comunicación, Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, Época III. Vol. XXVI. Número 51 Colima, julio-diciembre 2020, pp. 63-82.

Romeu, V., Álvarez, M. y Pech, C. (2018). Desigualdad social y cultural. Consumo cultural y representaciones sociales en niños, adolescentes y jóvenes en la Ciudad de México, Política y Cultura, otoño, núm. 50, pp. 203-224

 

 



[1] Universidad Autónoma Metropolitana, axdelamora@gmail.com